
Investigación de puesta a tierra
La investigación científica sobre la puesta a tierra
La conexión a tierra, también llamada puesta a tierra, es la práctica sencilla de reconectar el cuerpo a la carga eléctrica natural de la Tierra. A primera vista, podría parecer una exageración sobre el bienestar. ¿Pero la realidad? La ciencia es sorprendentemente convincente.
Esta página reúne estudios revisados por pares e investigaciones emergentes sobre la conexión a tierra y sus posibles efectos sobre la inflamación, el dolor, el sueño, el estrés y más. Ya seas curioso o escéptico, este es el lugar para explorar los hechos.

¿La conexión a tierra es real o simplemente pseudociencia?
Lo sabemos, la conexión a tierra suena un poco extraña. Pero está basado (juego de palabras intencionado) en la física: la Tierra lleva una carga negativa sutil, y cuando tu piel la toca, hay una transferencia medible de electrones libres a tu cuerpo.
¿Por qué importa eso? Porque tu cuerpo también es eléctrico. Cada sistema —nervioso, inmunológico, cardiovascular— depende de la señalización eléctrica para funcionar correctamente. Y cuando tu cuerpo está aislado de la Tierra, ese equilibrio natural se altera.
Estudios revisados por pares sobre la fundamentación
Se han realizado 25+ estudios revisados por pares sobre la conexión a tierra y 15 ensayos placebo doble ciego que muestran que la conexión a tierra ayuda a reducir la viscosidad de la sangre, disminuir la inflamación, mejorar el sueño y reducir el dolor. Haga clic en cualquier estudio de base a continuación para leer el estudio científico original:
Conectar el cuerpo humano a los electrones de la Tierra redujo el dolor, mejoró el sueño y alivió el estrés al estabilizar el entorno bioeléctrico del cuerpo (Chevalier, 2011).
El contacto directo con los electrones de la superficie de la Tierra redujo la inflamación, mejoró el sueño, reguló los niveles de cortisol e impactó positivamente los procesos fisiológicos, incluida la respuesta inmune y la regulación de la glucosa en sangre (Rosch, 2015).
La conexión a tierra reduce potencialmente la inflamación y mejora las respuestas inmunes en el contexto de infecciones respiratorias virales, aunque ningún estudio clínico ha confirmado su impacto en esta área (Mousa, 2016).
La conexión a tierra mediante contacto directo con la Tierra o productos de conexión a tierra mejoró la inflamación, el dolor, el sueño, el flujo sanguíneo y el bienestar general, lo que respalda su inclusión en la medicina del estilo de vida (Menigoz, 2020).
El uso de sistemas de conexión a tierra con tecnología de transferencia de electrones (ETT) mejoró la circulación y redujo el dolor y la inflamación en unas pocas noches (Amalu, sin fecha).
La conexión a tierra durante el sueño redujo los niveles de cortisol, mejoró el sueño y alivió el dolor y el estrés (Ghaly, 2004).
Los parches conductores y las almohadillas de cama redujeron significativamente el voltaje corporal al conectar el cuerpo humano a la Tierra (Applewhite, 2004).
La conexión a tierra con parches de electrodos redujo la tensión interna de los órganos, redujo la inflamación y favoreció la función del sistema nervioso autónomo, especialmente a través de mediciones bioeléctricas (Chevalier, sin fecha)
La conexión a tierra produjo cambios fisiológicos inmediatos, incluido un aumento de la frecuencia respiratoria y del pulso y una disminución de la conductancia de la piel, lo que indica potencial para el mantenimiento de la salud y la prevención de enfermedades (Chevalier, 2010).
Las ratas puestas a tierra mostraron niveles más bajos de triglicéridos y glucosa, lo que sugiere beneficios fisiológicos sutiles, aunque el diseño del estudio puede haber introducido factores de confusión (Efectos de puesta a tierra en ratas Lewis hembras, 2013).
La conexión a tierra redujo los marcadores de dolor muscular, dolor e inflamación después del ejercicio excéntrico, lo que indica un posible alivio del dolor muscular de aparición tardía (Brown, 2010).
La puesta a tierra influyó en los procesos fisiológicos al reducir los niveles de hierro y calcio y mejorar la función tiroidea (Sokal 2011).
La conexión a tierra mejora la variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC) al mejorar la actividad del sistema nervioso parasimpático, lo que ayuda a equilibrar la función del sistema nervioso autónomo y reducir el estrés, especialmente en condiciones de tono simpático elevado (Chavalier, 2011)
La conexión a tierra provocó cambios inmediatos en el potencial eléctrico corporal, lo que potencialmente ayudó a regular los procesos bioeléctricos y bioenergéticos (Sokal, 2012).
La conexión a tierra redujo la viscosidad sanguínea y la acumulación de glóbulos rojos, lo que sugiere beneficios para la salud cardiovascular (Chavelier, 2013)
La conexión a tierra durante el ciclismo redujo significativamente las concentraciones de urea en sangre, lo que sugiere efectos positivos sobre el metabolismo de las proteínas durante la actividad física (Sokal, 2016)
La puesta a tierra del cuerpo influye en la actividad de las ondas cerebrales humanas, y los métodos de análisis de tiempo-frecuencia (STFT y CWT) y las redes neuronales artificiales (ANN) revelan una mayor actividad de las ondas alfa y una disminución de la actividad de las ondas beta, lo que indica un estado relajado (Rahman, 2018).
Conectar el cuerpo a tierra durante al menos 10 horas diarias mejoró significativamente la presión arterial en pacientes hipertensos, lo que lo sugiere como una alternativa segura y eficaz para reducir la presión arterial sin medicación (Elkin, sin fecha)
Caminar descalzo y calzado afecta la estabilidad y variabilidad de la marcha tanto en adultos jóvenes como mayores, con claras diferencias en las condiciones interiores versus exteriores, lo que sugiere que caminar descalzo puede reducir el riesgo de caídas, particularmente en adultos mayores (Hollander, 2022).
Dormir en tierra acelera la recuperación después de un ejercicio excéntrico intenso al reducir el daño muscular, los marcadores de inflamación y mejorar el rendimiento muscular, como lo demuestran los niveles más bajos de creatina quinasa y las capacidades atléticas mejoradas (Müller, 2019)
La conexión a tierra durante la meditación mejora la función cerebral, profundiza la meditación e induce respuestas curativas, incluida una mejor relajación y control cognitivo (Chevalier, 2022)
La conexión a tierra localizada, combinada con el cuidado conductivo de la piel, mejora la salud de la piel al mejorar el flujo sanguíneo, ayudar a la reparación de tejidos y promover una apariencia de piel más saludable (Madvin, 2021)
Grounding mejoró la calidad del sueño en pacientes con enfermedad de Alzheimer leve, aunque no afectó significativamente la ansiedad o la depresión (Chien, 2022)